Capítulo 1: La historia
Siempre he escribido, pero nunca pensé que llegaría a escribir mi primera historia. Esta historia comienza justamente el día 3 de Mayo de 2004, en la ciudad de Madrid.
Yo me llamo Elena, en ese momento tenía 25 años. Vivía en un pequeño piso del centro, en plena Gran Vía, demasiado ruido.
Trabajaba como camarera en un bar y me costaba horrores llegar a fin de mes. Aunque yo tenía un sueño: ser escritora.
Llevaba mucho tiempo pensando historias en las que escribir, historias buenas, pero nunca me llegaba una suficientemente buena como para decir: ésta es.
Un día por la noche estaba viendo la televisión cuando comencé a pensar en mi madre al ver una serie, en dónde estaría ahora, ya que llevaba cinco años sin verla desde que se mudó de nuevo al pueblo.
Entonces fue en ese momento cuando me vino la historia a la cabeza. Se trataba de la historia de una mujer de 54 años que su hija había muerto y que sentía sola, pero la llegada de una niña huérfana la cambiaría la vida.
Estuve escribiendo en el ordenador hasta que descubrí que eran más de las cinco de la madrugada, por lo que me fui a dormir. Al día siguiente fui por la mañana a trabajar muy cansada, pero sin poder dejar de pensar en esa historia.
Cuando llegué por la tarde a casa me puse de nuevo a escribir, sinceramente esa historia me había cautivado y quería seguir con ella. Cuando llegó la noche llamaron a mi puerta: era el casero.
Me dijo que debía tres meses de alquiler y que si no pagaba en una semana me tendría que ir a la calle. Fue en ese momento cuando dejé de pensar en la novela para centrarme en mis problemas.
Necesitaba conseguir dinero como fuese ya que estaba claro que como camarera no iba a poder conseguir más dinero. Fue entonces cuando volví a pensar en la novela: ¿y si la vendiera a una editorial?
Nunca me había llegado esa idea a la cabeza ya que solamente escribía para después leer mis propias novelas, pero la idea no era mala.
Capítulo 2: La novela
Al día siguiente, fui a trabajar con muchas ganas de salir ya que necesitaba ir a casa para continuar con la novela. La historia cada vez me cautivaba más.
La niña huérfana ahora tenía una grave enfermedad y la única manera para salvarla era que la mujer viajase a la ciudad a conseguir el medicamento.
Fue entonces cuando llamaron al timbre: era mi amiga Mónica. Me dijo que había quedado conmigo dos horas antes, pero yo lo había olvidado.
Le dije que tenía que seguir con la novela y ella lo entendió. Me tiré toda la noche escribiendo.
Al día siguiente, fui a trabajar pensando en cómo iba a terminar la historia hasta que una clienta me dio la idea con sus manos.
Cuando llegué a casa me senté frente al ordenador para terminar la novela: la mujer conseguía salvar a la huérfana pero moría salvándola.
Mis lágrimas caían sobre mis manos al terminar de escribir la novela. Aunque ahora que la tenía terminada tenía que buscarle un título y no sabía cual.
Entonces en ese momento me vino el nombre a la cabeza: “Madre”. Un título muy bueno. Fue entonces cuando la imprimí.
Al día siguiente, al salir de trabajar, Mónica me acompañó a ir a varias editoriales a enseñarles la novela, ya que solamente me quedaban cuatro días para pagar al casero.
Fuimos a las más importantes, pero a ninguna le interesó. Había perdido la esperanza, por lo que me fui a casa sabiendo que me iría a la calle.
Entonces sonó el teléfono: era de una editorial pequeña, les interesaba la novela. Fue entonces cuando me volvió la alegría: lo había conseguido.
Ahora, cinco años después, me preguntó por qué cogí el teléfono, y por qué les dije que sí. Mi vida cambió tras esa llamada.
Capítulo 3: Las consecuencias
Al día siguiente, me dirigí a la editorial para cerrar el contrato sobre los beneficios que recibiría. La novela se pondría a la venta en un mes.
Yo estaba ilusionada porque iba a poder conseguir el dinero para poder pagar el alquiler y además, la gente iba a poder leer mi historia.
Un mes después
Una mañana más, me levanté para ir a trabajar. Estaba por la mañana en el bar trabajando cuando entró una chica y se puso a leer “Madre”.
Yo me quedé helada, ya que ese día había salido la novela. Le dije que yo era la escritora y me pidió que se lo dedicase, cosa que hice.
Tres días después
Me levanté por la mañana para ir a trabajar. Estaba trabajando en el bar cuando entraron unas treinta personas queriendo que les firmase la novela y que me hiciese fotos con ellas.
Lo hice, pero fue una situación que me agobió. Cuando salí de trabajar, tenía a la prensa en la puerta de mi casa ya que, en ese momento me enteré, mi novela estaba arrasando en ventas.
Cuando subí a casa me llamó el de la editorial para que hiciese una rueda de prensa sobre la novela.
Yo no quería hacer nada de eso ya que yo no había buscando la fama al escribir la novela, no era una cosa que en realidad quisiese hacer.
A pesar de ello me vestí y acudí a la rueda de prensa. Muchas preguntas, fotos, autógrafos… fue de locos.
Una semana después
Como todas las mañanas fui a trabajar pero me encontré con algo distinto: el finiquito.
Mi jefe me había despedido porque las fans que venían al bar no consumían y lo destrozaban todo.
Dichas fans seguían en la puerta de mi casa junto con la prensa. Había perdido mi trabajo, el único que había conseguido.
Una semana después
Llevaba una semana sin poder vivir ni dormir porque no dejaban de agobiarme en mi propia casa así que tuve que tomar una decisión: mudarme.
Capítulo 4: Vida rota
Un mes después
Mi vida estaba rota, no tenía trabajo, ni mi casa, ni intimidad. Lo había perdido todo y me encontraba viviendo de nuevo con mi madre en el pueblo.
Nadie sabía donde me encontraba, y era lo que yo quería, no quería volver a saber nada de esa novela.
Cinco años después
Y cinco años después he escribido esta historia, pero esta historia me la quedaré yo, en el pueblo, junto con mi madre.
Sé que nunca debí escribir esa novela, porque ha destruido mi vida. Nunca lo olvidaré.